Durante la sesión de la delegación de la Conferencia General en 1959, en San Pablo, Brasil, se decidió que alguien debía ser enviado para asistir a los interesados en Portugal y España. Ya habían sido establecidos contactos por correspondencia entre la Unión Brasileña y almas individuales en los dos países ibéricos.
El hno. Juan Devai con su esposa, y su hermano Francisco Devai Papp fueron llamados para trabajar en el Campo Ibérico, compuesto por Portugal y España. Cuando nuestros hermanos llegaron a Lisboa el 09 de Octubre de 1960, Andrei Lavrik (presidente de la Conferencia General) los estaba esperando en el puerto. El les habló de algunas personas interesadas y les dio sus nombres y direcciones. Los hermanos Devai visitaron a aquellos creyentes y por su intermedio les fue posible contactar a otros. Nuestros hermanos se sintieron felices al hablar en manos de amigos adventistas algunas de nuestras publicaciones que se les había suministrado desde el Brasil.
Hno. Francisco Devai
Desde luego, los dos hermanos Devai no fueron los primeros reformistas que pusieron pie en los países Ibéricos. Otros habían trabajado allí con anterioridad. Se les informó que Alfred Kube de Francia, Fernando Durán de España y Silverius Eggarter de Autria habían estado colportando en Lisboa. Además de estos, Alfred Rieck de Alemania había trabajado en Portugal desde 1937 a 1960, cuando murió. Pero el hermano Rieck había tenido serios desacuerdos con los hermanosCarlos Kozel y Müller, durante y después de la sesión de la Conferencia General de 1948, y no continuó como miembro de los ASD Movimiento de Reforma. Por lo tanto, cuando los hermanos Devai llegaron a Portugal, hallaron unas pocas almas abandonadas, como ovejas sin pastor.
En su nuevo campo de labor, buscar las ovejas perdidas de la casa de Israel fue su primer objetivo. Y hallaron algunos amigos sinceros que después se convirtieron en sólidos cooperadores. Pero tenían que resolver algunos problemas seculares antes que pudieran dedicar todo su tiempo a la obra espiritual. Necesitaban alquilar una casa apropiada en un área conveniente, en Lisboa. También debían obtener una visa de residencia. Y esto no era tan fácil. Para ser residentes, debían demostrar que estaban empleados y que tenían una entrada suficiente para vivir. No sabían como resolver este problema hasta que les aconsejaron que registraran su propia asociación de publicaciones y que trabajaran como personas autónomas en las ventas de libros. Por la gracia de Dios les fue posible legalizar su residencia en Portugal y comenzaron a colportar. Y esta clase de trabajo no sólo era un placer, sino también una necesidad, porque, en aquellos días, esa fue su única fuente de ingresos. El conocido dicho, “Todo comienzo es difícil”, tuvo una aplicación apropiada en la experiencia de ellos.
En Barcelona, había un grupo de nueve miembros que habían sido organizados por el hermano Lavrik en 1958. Bajo la dirigencia de Fernando Durán, celebraban sus reuniones en su tienda de salud, a puertas cerradas, porque en aquellos días no había libertad religiosa en este país.
Por medio de su negocio, el hermano Durán pudo hallar a algunas almas interesadas en la verdad. En julio de 1962, cuatro almas fueron añadidas a la iglesia. Desde luego, nuestros hermanos tenían que actuar con mucha cautela. El bautismo fue celebrado en eun lugar programado, a las 4:30 horas de la madrugada.
Tan pronto como la libertad religiosa fue concedida oficialmente en España, los hermanos pudieron registrar nuestra obra y abrir un salón de reuniones para nuestros servicios en Barcelona.
Para enfrentar las crecientes necesidades de España, José Artimidoro Linares llegó aquí desde el Perú, en julio de 1966.
Esto fue una gran ayuda para nuestros hermanos españoles por más de un año, pero, debido a razones de salud, tuvo que regresar al Perú.
El 8 de noviembre de 1966, la visita del hermano Lavrik (presidente de la CG) fue de gran ayuda en la organización del Campo Ibérico, compuesto de Portugal y España.
Para reemplazar al hermano Linares se envió a otro obrero del Perú hacia España. El hermano Alfonso Narro y su esposa fijaron su residencia en Barcelona en 1977 y permanecieron allí hasta 1983.
Como surgió nuevo interés entre algunos adventistas de mentalidad reformista en Málaga, al sur de España, el comité de la Conferencia General envió al hermano José Ángel Senior y su esposa a España en 1989. En el mismo año se dedicó al Señor un salón de reuniones.
En 1990, la obra del colportaje fue organizada con favorables resultados en la conversión de nuevas almas.
En 1992, el Campo Ibérico fue organizado, y la Misión Española, con sede en Málaga, fue separada del Campo Portugués, tornándose una misión directamente dependiente de la Conferencia General.
En Madrid, solo se tenia algún interesado pero no un grupo organizado. Hasta que en 1998, cuando el fenómeno migratorio nos trajo la bendición de muchos hermanos de otros países, el grupo creció.
Inicialmente las reuniones se hacían en casas particulares, con todos los inconvenientes que ello traía. El grupo era de unos 10 hermanos, luego siguieron llegando más y más
Se decidió alquilar un local en Alto de Extremadura que luego se tornó pequeño, Despues uno mas grande que también se hizo pequeño.
Por la gracia de Dios, actualmente se cuenta con un lugar propio y muy amplio.
Portugal y España son dos “tierras católicas de Europa”, donde, de acuerdo con E.G. White, “Dios tiene en reserva un firmamento de escogidos que brillarán en medio de las tinieblas para demostrar claramente a un mundo apóstata el poder transformador que tiene la obediencia a la ley”. (Profetas y Reyes, pág. 140).
Portugal y España son dos “tierras católicas de Europa”, donde, de acuerdo con E.G. White, “Dios tiene en reserva un firmamento de escogidos que brillarán en medio de las tinieblas para demostrar claramente a un mundo apóstata el poder transformador que tiene la obediencia a la ley”. (Profetas y Reyes, pág. 140).
