sábado, 2 de junio de 2012

El gran chasco

Basado en su estudio de la profecía de Daniel 8:14, Miller calculo que Jesús podría retornar a Tierra el 22 de octubre de 1844. Cuando Jesús no apareció los seguidores de Miller experimentaron lo que se vino a llamar “El Gran Chasco”.

El mensaje original de Miller incluía un elemento de tiempo, pero él no estaba interesado en establecer una fecha particular. Creía que Jesús retornaría, de acuerdo con sus cálculos, en algún momento en torno de 1843. Entonces, finalmente, coincidió con la fecha del 22 de octubre de 1844. Junto con miles de seguidores, experimentó un amargo chasco cuando Cristo no retornó, como se esperaba.

El día siguiente, escribió: "Pasó. Y el siguiente día parecía como que todos los demonios desde el foso sin fondo fueran desatados sobre nosotros. Los mismos y muchos más que lloraban por misericordia dos días antes, estaban ahora mezclados con la turba y la mofa, ridiculizando y amenazando del modo más blasfemo".

La mayoría de los millares que se habían juntado al movimiento, salió en profunda desilusión. Unos pocos no en tanto, regresaron para sus Biblias para descubrir porque ellos fueron decepcionados

De este pequeño grupo que se rehusó a desistir después del gran Chasco, surgieron varios líderes que construyeron la base de lo que vendría a ser la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

En enero de 1848 perdió la vista, lo cual no le impidió mirar hacia adelante, a la venida de Cristo. Ese mismo año había construido una pequeña capilla, cerca de su casa, donde los creyentes adventistas fieles podían adorar. En la capilla están inscriptas las siguientes palabras citadas de la Biblia: "La visión tardará aún por un tiempo... aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá".

Esta fue su posición sobre la segunda venida de Cristo hasta su muerte, a los 67 años, el 20 de diciembre de 1849.